La gama de cables desnudos para líneas aéreas se divide, en función de su uso, en conductores de fase y cables de tierra. Se compone principalmente de cables de aluminio, de aleaciones de aluminio y de aluminio-acero aunque también cuenta con cables de cobre duro, que tradicionalmente se usaban en las líneas de EDP.
El uso del aluminio como sustituto del cobre en las líneas aéreas data de finales del siglo XIX. El motivo de este cambio fue su peso, apenas un tercio, y el elevado coste del cobre.
Con el incremento del consumo, las líneas aéreas cobraron una extraordinaria importancia. La necesidad de transportar electricidad por todo tipo de terrenos obligó a desarrollar cables más sólidos que pudieran utilizarse en trazados cada vez más complejos, con vanos más grandes, y que garantizaran un tiempo de vida útil de varias decenas de años.
A pesar de su gran potencial a nivel de capacidad de transporte, los cables de aluminio no resultaban adecuados en determinadas situaciones debido a su insuficiente resistencia mecánica, que implicaba tensiones de ruptura bajas, una fluencia excesiva o un coeficiente de expansión térmica elevado. Por ese motivo fueron surgiendo otras soluciones basadas en la utilización de hilos de otros materiales, concretamente aleaciones de aluminio e hilos de acero galvanizado, empleados como elementos de refuerzo. Más recientemente, el uso de hilos de acero revestidos con una fina película de aluminio ha permitido obtener unos cables más resistentes a la corrosión que los que llevan hilos de acero galvanizado.
Esencialmente, los cables aéreos desnudos están formados por un cableado de hilos de uno o más materiales dispuestos en capas concéntricas y en sentido alterno. Modificando el diámetro de los hilos, la relación de los hilos en el caso de los cables de aluminio-acero y el número de capa se obtiene toda una variedad de diseños que permiten responder a los requisitos de cada línea, tanto a nivel de capacidad de transporte y de los parámetros eléctricos asociados, como en lo referido a las características mecánicas impuestas por el trazado: altura máxima con respecto al suelo, flechas, vanos, etc.