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Cables de cobre

Cabelte comenzó a fabricar cables de cobre para telecomunicaciones en la década de los setenta. Los primeros cables de cobre estaban formados por conductores aislados con PVC y trenzados por pares.

La nueva generación de cables, con mejores características de transmisión, apareció en la década de los ochenta, cuando empezó a utilizarse el polietileno, tanto sólido como celular, para los aislamientos.

En la actualidad, el uso de los cables de telecomunicaciones de cobre se ha extendido a otras aplicaciones gracias a los avances que se han producido en los sistemas de transmisión, que permiten incluso utilizar los cables convencionales ya instalados para velocidades de transmisión bastante superiores a las previstas en el momento de su fabricación (tecnologías XDSL). En los años noventa apareció un nuevo tipo de cables para redes estructuradas adaptado a la transmisión de datos e imágenes, además de voz, y con un rendimiento optimizado que permitió alcanzar elevadas tasas de transmisión.

CARACTERÍSTICAS GENERALES
En general, la unidad esencial de un cable de telecomunicaciones de cobre está formada por dos conductores aislados trenzados y con un paso uniforme para crear un circuito equilibrado. También es posible agrupar cuatro conductores trenzados entre sí, formando de ese modo un cuarteto que, a su vez, puede contener dos o tres circuitos de transmisión.

Con el aumento de las frecuencias y la utilización de la transmisión multicanal fue necesario optimizar y mejorar las características de los cables para minimizar las interferencias entre los pares. Estas interferencias, que normalmente se denominan diafonías, se manifiestan en una comunicación en forma de ruido o pueden implicar incluso que, durante una conexión telefónica pueda oírse una conversación de otra línea o, en el caso de una transmisión de datos, aumente la tasa de errores.

Durante estos años, Cabelte ha invertido y optimizado sus procesos productivos para poder fabricar cables cumpliendo unos requisitos cada vez más exigentes impuestos por el avance de las comunicaciones y de la normalización aplicable.

El proceso destinado a garantizar el cumplimiento de una determinada especificación de comunicación y de las características requeridas, como por ejemplo niveles de atenuación y diafonía máxima (paradiafonía y telediafonía), se inicia durante la fase de diseño. En esta etapa se determina la capacidad y resistencia del par, el grosor del hilo aislado y el material de aislamiento que se va a utilizar, las dimensiones del apantallado y la definición del modo de aplicación y se establecen todos los pasos de torsión de cada par o cuarteto y de sus agrupamientos.

El proceso productivo desempeña una función esencial en la consecución de las características deseadas, por lo que resulta vital controlar rigurosamente todos los parámetros, ya sea en la fase de extrusión (aplicación de la capa aislante) reduciendo cualquier variación dimensional, ya sea a nivel de cableado, controlando minuciosamente las respectivas tensiones y la solidez de los pasos.

Los cables pueden estar formados por un solo circuito elemental (par) o por varios. Hay cables con varios centenares de pares, cuyo número puede ascender incluso hasta los 2400 pares en algunas composiciones. Estos cables de gran capacidad requieren un sistema de identificación complejo, ya que cada par tiene que poder diferenciarse de los demás de forma precisa, lo que se consigue mediante un complejo sistema de identificación que incluye el uso de varios colores en los aislamientos y en ocasiones también el uso de anillos, además de gracias a un conjunto de cintas de colores que se colocan en los grupos de pares.

La estanqueidad de los cables de telecomunicaciones para uso en exteriores también está debidamente garantizada, ya que la entrada de agua en un cable podría producir, con el paso del tiempo, pequeños fallos en el aislamiento de los conductores que deteriorarían la calidad de la transmisión. Por ese motivo, en algunas estructuras se aplica una capa de gel que no permite la entrada de agua en el interior del cable en caso de que ésta consiguiese pasar por la cubierta, por alguna junta o por un terminal. El refuerzo de la estanqueidad transversal, es decir, la reducción de la posibilidad de que entre agua por la cubierta exterior en caso de que ésta resulte dañada, se consigue normalmente mediante el uso de un fleje de aluminio con un revestimiento polimérico que se coloca bajo la cubierta durante la operación de extrusión y que está termosoldado a la misma. Este fleje desempeña también la función de pantalla.

GAMAS PRINCIPALES
Cabelte cuenta con una gama muy amplia de cables de telecomunicaciones de cobre que cumplen las especificaciones de múltiples operadoras nacionales e internacionales y de clientes concretos. En la gama actual destacan cinco grandes grupos:

- Los cables para redes locales que conectan a los abonados con sus respectivas centrales locales, que pueden establecer conexiones entre centrales y también conexiones telefónicas particulares. Dentro de esta gama podemos encontrar soluciones adaptadas a instalaciones interiores, exteriores, subterráneas o aéreas;
- Los cables en cuartetos para redes regionales que se usan habitualmente para la conexión entre centrales, pero también para conexiones telefónicas particulares;
- Los cables para la transmisión de señales digitales en circuitos MIC o PCM con un máximo de 30 canales (2 Mbit/s) en dos sentidos;
- Los cables para red de abonado de PVC usados en instalaciones en el interior de edificios y los cables de polietileno para su uso en una red de acceso de distribución, que establecen una conexión con el abonado y que poseen características de transmisión de categoría 3 (16 MHz);
- Los cables para redes estructuradas adecuados para frecuencias de transmisión de 100 MHz o superiores;